TRUENO 5 LINIERS 0


Una realidad que muestra de manera insoslayable un proceso que en ningún momento llegó a consolidarse, y que hoy parece desbarrancarse.

Liniers cayó 5 a 0 frente a San Miguel, y no perdió por mucho más porque tuvo en el arco al enorme Mariano Monllor, que fue la figura del equipo. No es un contrasentido. De no haber sido por su arquero, Liniers hubiese perdido por escándalo, tal vez por el doble de la chapa final.

Algunas veces este tipo de resultados no marca lo sucedido en el campo de juego, porque el equipo derrotado propone y tiene llegadas frente al arco rival que no se concretan, o en otras ocasiones queda en inferioridad numérica y el resultado exagerado puede justificarse en función de ello. Este no fue el caso. Liniers apenas llegó una vez con peligro en 90 minutos al arco rival y jugó 88 minutos con once hombres.

Lo sucedido entonces fue el descalabro total de un equipo que este cachetazo le pone frente a las narices una realidad. Hasta el momento su total inoperancia ofensiva venía siendo disimulada por la mediocridad de los rivales que tampoco proponían demasiado y en definitiva los flacos resultados obtenidos servían para sobrevivir. Pero hoy quedó al desnudo el momento de un equipo impotente y sin rumbo, como alguna vez también se insinuó frente a Argentino de Merlo, al que le faltó en última instancia temperamento para terminar dignamente. 

Al cabo de 11 partidos disputados, apenas ganó 2 (uno de ellos casi de casualidad) y tan sólo marcó 4 goles, habiendo generado un promedio de no más de 3 situaciones de riesgo por partido. En ninguno de los 11 juegos llegó a conformar.

El técnico volvió a equivocarse. Sabemos que Daniel Casais, uno de los pocos que como siempre merece rescatarse, puede generar juego de la mitad hacia adelante. Esta vez jugó en la linea de fondo, lugar en el que Diego Acuña venía haciéndolo con acierto. Además, sabíamos que el campo de juego iba a estar pesado por la lluvia y que algunos jugadores no se iban a adaptar a ese terreno en función de su contextura física. El enganche del equipo fue Raúl Ruíz y quien debió ser titular, Nilo Vigna, estuvo en el banco. Se sabía que el fuerte de San Miguel era el juego aéreo: el primer gol llegó de cabeza. No apareció tampoco entre los suplentes algún chico de inferiores, para tratar de ir foguéandolo en función de lo poco que genera el equipo titular.

A la hora de hacer el balance estamos convencidos de que el técnico sigue sinencontrarle la vuelta al equipo y que al plantel le faltan un par de refuerzos de jerarquía.  

Es urgente un replanteo. Así Liniers está condenado a los últimos lugares y padecer por el promedio en la próxima temporada.